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Resolviendo el misterio: El cuerpo congelado del capitán descubierto en un barco fantasma del siglo XVIII
La historia de los barcos fantasma ha cautivado a generaciones con su aura de misterio y tragedia. Entre estas leyendas marítimas, la del Octavius destaca como una de las más escalofriantes.
Un hallazgo inesperado
El 11 de octubre de 1775, el ballenero Herald avistó una embarcación desgastada y en apariencia abandonada. Se trataba de un velero con las velas destrozadas y un aire inquietante. La tripulación del Herald, intrigada, decidió abordarlo. Lo que encontraron fue espeluznante: 28 marineros congelados, inmóviles en sus puestos, y en la oficina del capitán, su figura rígida aún detrás del escritorio con una pluma en la mano, como si la muerte lo hubiera alcanzado en pleno trabajo.
El viaje del Octavius
Para entender este macabro escenario, debemos retroceder hasta 1761. El Octavius, un majestuoso velero, zarpó del puerto de Londres con destino a China. Tras completar su misión con éxito, el capitán decidió intentar algo arriesgado: regresar a casa a través del Paso del Noroeste, una ruta peligrosa e inexplorada en aquel entonces. Esta decisión marcó el destino de la tripulación.
Un desenlace congelado
Los registros del capitán, encontrados en el escritorio junto a su cuerpo, narraban su último año de vida: 1762. Sin embargo, la bitácora no incluía detalles de los siguientes 13 años, un vacío que alimenta las especulaciones. Según las teorías, el barco quedó atrapado en el hielo durante meses, sin provisiones, lo que llevó a una muerte lenta por congelación.
En una litera, los restos de una mujer y un niño aumentaron el dramatismo de la escena, reforzando la impresión de que el frío los había atrapado en su vida cotidiana.
El Octavius: ¿leyenda o realidad?
La última posición registrada del barco fue 75°N, 160°W, cerca de Alaska. Aunque el Octavius nunca fue visto nuevamente, la historia sugiere que logró cruzar el Paso del Noroeste, pero ya como un barco fantasma. La tripulación del Herald, aterrorizada, abandonó el velero maldito, dejándolo a la deriva.
Hoy, esta historia es parte de la tradición marítima. Aunque algunos detalles podrían ser fruto de la imaginación colectiva, el misterio persiste: ¿qué fuerza logró congelar a un hombre mientras escribía?
El Octavius y su tripulación siguen navegando en el tiempo, envueltos en una neblina de leyendas que, como el barco mismo, nunca alcanzarán puerto.
